7 tendencias del turismo negro

La especie humana es fascinante y nunca dejaremos de sorprendernos con las “curiosas” actitudes de nuestros congéneres y en ese sentido también podemos describir algunas tendencias de un grupo muy particular de viajeros actuales; el turismo negro.

Ya no es suficiente visitar lugares y vivir experiencias simples, el desarrollo de la cultura nos está llevando por caminos francamente polémicos y morbosos, por eso el turismo negro ha ido en aumento y su evolución continúa a un ritmo estrepitoso.

Los investigadores Foley y Lennon en 1996 empezaron a usar el término black tourism para referirse a la actividad de desplazamiento de personas hacía lugares relacionados con la muerte. A partir de ese campo de estudio se ha intentado abordar el tema desde diferentes ángulos; sociales, legales, morales, culturales, etc. Lo interesante es que al mismo tiempo el turismo negro también ha evolucionado y hoy no solo se refiere a la muerte, sino al sufrimiento, la desolación, la desgracia y la miseria. Así podemos encontrar que la excentricidad de estos viajeros parece no tener límites, por lo tanto habría que comenzar a tomar muy en serio las implicaciones de estas actividades, mientras tanto, he aquí algunas tendencias de este tipo de turismo.

07. Coexistir con la ficción

Desde siempre ha sido un atractivo deambular por los lugares donde se han filmado las películas más siniestras o visitar esos sitios mencionados en libros y poemas de terror, suspenso o miseria. No importa si es el bosque donde se filmó La Bruja de Blair, Viernes 13 o los sitios mencionados en obras de Stephen King o H. P. Lovecraft, aquí la idea es respirar el olor a muerte que las turbias mentes de estos autores nos relataron alguna vez a través de la ficción. Los viajeros que gustan de estos destinos están ávidos de acercar su realidad a las experiencias de terror que vivieron las desafortunadas víctimas de los desquiciados antagonistas en estas obras; un encuentro real con lo irreal.

06. Edificaciones malditas

Casas embrujadas, hospitales encantados, manicomios hechizados, cárceles abandonadas, hoteles malditos y demás inmuebles relacionados con crímenes y tragedias horrorosas acarrean cada año un sinnúmero de viajeros a nivel mundial y parece que entre más violenta haya sido la tragedia, más morbo y más viajeros genera. En esa tendencia encontramos los castillos europeos, el antiguo hospital de Pemex de Ciudad Madero, la casa de la zacatecana en Querétaro, la cárcel del Palacio Negro de Lecumberri en el DF y muchas, muchas más. De hecho no sería aventurado mencionar que cada población del mundo tiene alguna o varias edificaciones malditas, lo que nos deja abierta la posibilidad de visitar alguna tarde o temprano.

05. Visitando ciudades catastróficas

El infortunio y la desgracia cayó sobre estas ciudades ya sea por obra del ser humano como los desastres nucleares o por designios de la naturaleza como temblores y huracanes, lo que ha provocado que algunos viajeros con gustos un tanto excéntricos se dirijan a estos destinos y no necesariamente con intenciones filantrópicas, sino con la idea de alimentar su morbo al ver los resultados de la tragedia. Aquí no importa si la tragedia fue reciente como el temblor de Haití o si ya tiene algunas décadas como Chernobyl, estos viajeros harán presencia de manera discreta siempre intentando llenar su cerebro con imágenes, olores y sensaciones de desosiego o desesperanza. No cabe duda que cada cabeza es un mundo.

04. Pasos de personajes oscuros

Al igual que aquellos que visitan las locaciones de películas sangrientas, estos viajeros gustan de seguir o visitar los lugares por donde deambularon esos personajes oscuros de la historia, obviamente a diferencia de los primeros, el dolor y sufrimiento que estos personajes infligieron no fue obra de la ficción, sino de la más cruel de las realidades. En esta tendencia cabe visitar las moradas y caminos de narcotraficantes famosos, dictadores fascistas, asesinos en serie o personajes históricos aterradores como Madame Bathory o Vlad Tepes, el Empalador. Los pasos de estos personajes pueden llevar al viajero a las más aterradoras bajezas de las que puede ser capaz la especie humana, posiblemente ese sea el motivo por el cual estos sitios sean hoy tristemente grandes atractivos turísticos

03. Presenciando la desgracia humana

Una de las actividades más excéntricas del ya de por sí polémico turismo negro es la visita a lugares donde el sufrimiento humano se está viviendo a flor de piel. Tal es el caso de presenciar personas hambrientas en algunas regiones de África o recorrer destinos donde hay gente sufriendo por alguna epidemia, o grupos de personas sin hogar, también se relaciona con la visita a poblaciones donde las torturas, vejaciones y muertes en público son herramientas legales aún en nuestros tiempos, como en algunos países del medio oriente. Estos viajeros no se conforman con visitar lugares donde hubo sufrimiento previo, sino que quieren ver con sus propios ojos y en tiempo real la miseria del ser humano.

02. Realizar tours extremos

Esta tendencia no se relaciona solo con la visita a lugares polémicos o terroríficos, sino que busca que el viajero se vuelva parte de la experiencia extrema, por lo tanto aquí podemos describir a viajeros que pagan por cruzar algunas fronteras con grupos de ilegales que no lo hacen por entretenimiento, sino por necesidad y no solo nos referimos a la frontera entre México y Estados Unidos que es altamente peligrosa, sino a fronteras aún más sangrientas entre países en guerra donde si eres descubierto puedes ser baleado al instante o cuya región se encuentra repleta de minas explosivas. Aquí también se encuentran tours que ponen en riesgo la salud física y psicológica del viajero como deambular en las noches por barrios pesados o recorrer las alcantarillas y drenajes de algunas ciudades.

01. Experiencias intensas

Podríamos aventurarnos a decir que los viajeros que hacen turismo negro tienen una forma de pensar muy particular y que siempre están en búsqueda de maneras poco comunes de entretenerse, por esa razón la maldita realidad capitalista en que vivimos ha visto en ellos un nicho de mercado capaz de ser explotado a través de experiencias que el resto de la población estaría poco dispuesta a realizar. Tal es el caso de algunas casas de tortura que no necesariamente se refieren al sadomasoquismo, sino a casas donde tienes que firmar un contrato de liberación de responsabilidad ya que serás escupido, bañado con sangre y con insectos asquerosos, amarrado junto a carne cruda, encerrado con tarántulas y tratado como animal, pero sin la carga sexual del sado, tan solo por la experiencia de ser envilecido. En ese mismo tenor se encuentran cárceles dónde los asistentes pagan por ser tratados como presos reales y también aquí entran conceptos de hospedaje que se encargan de darte un espacio en algunos lugares para que duermas en la calle al estilo indigente. Al parecer nunca terminaremos de entender a la especie humana

Ángel Abraham Chávez

Especialista en turismo, capacitador, docente, travel-coolhunter e investigador turístico. Director de la revista Mochilazo Cultural.

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