Slow tourism, tendencia interesante

¡Ya basta!, cada quien puede viajar como se le pegue la gana y por los motivos que quiera, finalmente es su tiempo y su dinero, pero de unos años para acá hemos convertido al viaje en un cómplice de nuestra soberbia social, es decir; usamos al viaje como pretexto para hacer que nuestra vida no luzca tan miserable como realmente es. Por esa razón queremos viajar no importa a donde, siempre y cuando sean varios lugares y en poco tiempo para presumir más en las redes sociales. El slow tourism dice ¡ya basta!, mejor elije bien un destino y quédate más tiempo en él, vive lo local y tendrás una mejor experiencia. ¡Chécate algunas características de este tipo de turismo!
Estancias prolongadas
A favor del tiempo y no en su contra
Los foros de discusión turística están opinando que para que se considere “slow tourism” se debe tener una estadía de por lo menos cinco noches con el objetivo de contar con una agenda muy amplia y reducir el estrés que produce el tiempo limitado. Ya con esta condición podemos disfrutar mejor el destino pues cada actividad que se decida realizar tendrá el tinte de alargarse tanto como sea necesario, en ese sentido el slow tourism se vuelve en una tendencia positiva dentro de la vorágine en que hemos caído los ciudadanos urbanos.
Hospedaje nativo
La vida a través de los ojos locales

Una tendencia del slow tourism es el hospedaje en hogares de los lugareños y tanto las redes sociales como las aplicaciones virtuales han facilitado esta conexión. El hospedaje nativo tiene muchas ventajas como el costo, los tips que te puede dar la gente local, la práctica de otro idioma y el disfrute de esa cultura. Aunque la principal ventaja en términos de nobleza turística es la oportunidad de otorgar ingresos directos a una familia local sin necesidad de hacer más extensas las cuentas bancarias de las grandes cadenas
Sostenible
Más naturaleza, menos prisa

La ventaja del slow tourism para el cuidado ambiental radica en dos puntos: la responsabilidad de los viajeros y la responsabilidad de los prestadores de servicios turísticos, es decir, los viajeros al aumentar sus tiempos de estadía se reducen los impactos provocados por medios de transporte y respecto a los servicios turísticos, se espera que estas empresas sean capaces de aprovechar las largas estadías y reducir el consumo de amenidades e insumos que se consumen cuando la rotación de turistas es elevada, como los cambios de sábanas o la limpieza de habitaciones.
Slow food
Sabor, sobremesa y experiencia

A mediados de los ochentas se generó en el mundo de la gastronomía una tendencia que buscaba poner un alto a la frenética cotidianidad en la que vivimos. Hoy, casi 30 años después el slow food se ha colocado como una opción válida para aquellas personas que desean saborear realmente la comida y disfrutar la charla de mesa ante los compañeros de degustación. Así, la comida lenta nos abre una ventana para la reflexión y le dice a los viajeros que no todo es llegar, tomar fotos y correr. ¡Tranquilo!, la vida se disfruta más a ritmo lento.
Desarrollo local
Crecimiento de todos

Y no solo las familias que hospedan viajeros, sino toda la comunidad local se beneficia al involucrarse con diversas actividades de interacción con los visitantes. El slow tourism al permitir que los viajeros pasen más tiempo en un destino se involucren más con la vida cotidiana y consuman sus elementos tradicionales no solo los elementos turísticos. También las estadías prolongadas provocan mayor reflexión en los viajeros al lograr comprender los comportamientos locales a través de la experiencia in situ.
Apoyo online
Al alcance de todos

Airbnb, Blablacar, Trip4real, Couchsurfing y demás aplicaciones del viaje independiente son las herramientas virtuales que van de la mano con esta tendencia y pareciera una mancuerna paradójica, pues mientras la tecnología busca agilizar las cosas el slow tourism busca que te tranquilices y lo disfrutes más. Sin embargo, esta mancuerna funciona porque gracias a estas aplicaciones los “slow-turisters” pueden acercarse a las expresiones locales menos convencionales.
Cultura
Compartiendo nuestro destino

De hecho una de las principales razones para hacer slow tourism (si no es que la principal), es la cultura. Las expresiones locales reales muchas veces se ocultan tras la soberbia del turismo tradicional ya sea por conveniencia o por recelo. Pero a través de la interacción sincera y sin poses, la comunidad local se abre ante los ojos de los visitantes. La idea de no ser un turista, sino un miembro más de la comunidad (aunque sea por un tiempo) se refuerza y es una relación en la que ambos salen ganando. Algunos ejemplos se generan cuando los visitantes ayudan a los locales a pescar, a construir alguna escuela, a cuidar el ganado, a cultivar, etc. Los viajeros valoran estas expresiones y los locales obtienen un beneficio adicional.

Ángel Abraham Chávez

Especialista en turismo, capacitador, docente, travel-coolhunter e investigador turístico. Director de la revista Mochilazo Cultural.

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