Teotihuacán para principiantes

El misterio

Teotihuacán se encuentra a sólo 40 kilómetros de la capital del país, y se trata de un ancestral asentamiento prehispánico que tiene un importante significado para los mexicanos, sobretodo en el tema icónico, pues resulta que hace unos 2000 años se desarrolló en ese lugar una de las culturas más misteriosas en la historia de América, de la cual hoy, aún con los estudios realizados, todavía no se develan convincentemente los motivos de su origen, caída y desaparición.

Teotihuacanos

Lo que se ha podido investigar es que en pleno apogeo, esta civilización pudo tener hasta unos 200,000 habitantes—diversos autores dan diferentes cifras— y de acuerdo con información de otras culturas mesoamericanas, la civilización teotihuacana tuvo gran influencia en aquellos tiempos, —como lo muestran elementos históricos de Monte Albán— por tal motivo la cultura teotihuacana influyó tal vez indirectamente en la cultura mexica, que después dio paso a la formación de México. Por esta razón Teotihuacán es un lugar de funciones altamente simbólicas y místicas para los mexicanos.

La exploración

Al parecer los mexicas descubrieron las ruinas de esa cultura unos cientos de años después de su caída. Así que Imagínate en la época temprana del imperio azteca deambulando por tierras extrañas buscando tal vez nuevas culturas para explotar, cuando súbitamente de entre las ramas surge ante ti un cúmulo de pirámides inmensas alzándose en todo su esplendor hacia el cielo infinito… Con la cosmogonía y contexto cultural de entonces, lo lógico es pensar; ¡esto lo tuvieron que haber hecho los dioses!

La influencia

Aparentemente los mexicas adoptaron parte de esa simbología para interpretar su entorno cosmogónico y cosmológico en La Gran Tenochtitlán, ̶ por eso es importante visitar el Museo del Templo Mayor en el Zócalo de la CDMX ̶ la cual unos siglos después los españoles destruirían, ayudados por algunos pueblos indígenas, como los Tlaxcaltecas, pero esa, queridos lectores, es otra historia.
Regresando a Teotihuacán es importante mencionar que fue una civilización cuyo esplendor se dio casi al mismo tiempo que el imperio romano en Europa. Aparentemente los teotihuacanos fueron originarios de diversas culturas que se asentaron en ese lugar de los cuales no sabemos realmente cual fue su gentilicio, ya que el nombre de “Teotihuacán” lo impusieron los aztecas varios siglos después, debido a que consideraban que de ahí provenían las deidades.

¿Cómo llegar?

Si ya te encuentras en la estruendosa Ciudad de México, seguramente en cualquier parte podrás encontrar tours que te lleven directo a Teotihuacán (en el aeropuerto, en hostales, en hoteles, en el Zócalo, etc.). Pero si le eres fiel a la cultura del viajero independiente puedes tomar el metro que te deja en la Central del Norte, ya en la terminal, en las últimas líneas del lado izquierdo podrás comprar tu boletito que te costará unos 50 pececillos. Durante el viaje deberás estar pendiente de la parada, a unos 40 minutos, porque el autobús se sigue a otros destinos. Al bajar tendrás que caminar unos metros para llegar a la entrada principal (algunos taxistas te llevan, pero la verdad no es tanto el tramo por caminar, así que no vale la pena pagar)

¿Qué hacer?

Es importante que no lleves tanto peso, ya que vas a caminar mucho y subir bastantes escalones. La entrada cuesta unos 80 pesos y si eres mexicano recuerda que los domingos es entrada libre.
Ya ahí todo es caminar, conocer, tomar fotos, subir las pirámides, observar los paisajes… al pie de cada sitio encuentras información relacionada, aunque si quieres detalles técnicos e históricos te conviene contratar alguno de los guías que se encuentran en la entrada.

A la salida

Tendrás que irte desayunado por aquello de la energía. Para comer, saliendo de las pirámides se encuentran algunos restaurantitos y fonditas que no son para nada costosos, puedes hacerte una buena comida típica con unos 70 pesos, o si quieres algo más sustancioso te puedes refinar unos mixiotes, un conejito asado o una sabrosa barbacoa acompañada de un rico pulque de tuna.

Ángel Abraham Chávez

Especialista en turismo, capacitador, docente, travel-coolhunter e investigador turístico. Director de la revista Mochilazo Cultural.

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