Colibries, los mensajeros de los dioses

Cuando un colibrí aparece en tu jardín, nos viene a contar que las almas de los que amamos están bien…”

Vox Populi

Cuenta una antigua leyenda maya que los dioses Tepeu, Kukulkán y Hurakán junto con los demás dioses creadores, le dieron vida a cada cosa sobre la faz de la tierra; las plantas, animales y hasta las piedras tenían una función en la creación maya. Cuando terminaron su obra se dieron cuenta que no habían creado nada que llevara pensamientos y buenos deseos de un lado a otro.

De  acuerdo con el génesis maya, los animales y hombres fueron creados de barro y maíz, pero ya no tenían más para crear al mensajero, así que tomaron una piedra de jade y tallaron una punta de flecha, cuando terminaron soplaron sobre ella y la flecha salió volando a gran velocidad, habían creado a x ts’ unu’ um; el colibri.

La pequeña ave con sus hermosas plumas tornasol reflejaban un sinfín de colores y los hombres trataron de atraparla para usarlos como adornos, lo cual enojó a los dioses. De acuerdo con la leyenda, los dioses al ver esto les arrojaron a los hombres la advertencia: “Si alguien osa capturar un colibrí, será castigado y morirá”. Se dice que por esa razón los humanos no tienen colibríes en jaulas, ni podrán capturarlos con la mano.

Sin embargo, esta bella ave de la cual tan solo en México hay 57 especies y que en total existen  más de 300 subespecies,  se encuentra en peligro de acuerdo a la Unión Internacional para  la Conservación de la Naturaleza (UICN). Dos subespecies ya se extinguieron y otras 30 están en situación vulnerable. Los factores que amenazan al mensajero son  diversos entre los que destacan la deforestación de su hábitat, el calentamiento global, el uso de pesticidas en la agricultura y la caza, esta última, debido justamente a la belleza de sus plumas y su misticismo,  pues le han atribuido poderes mágicos en diversas culturas, incluida la mexicana.

Los mayas suelen usar onomatopeyas para determinar los nombres de las cosas, así el nombre de x ts’ unu’um imita al sonido del zumbido que emiten sus alas. En otras lenguas originarias  se le conoce como huitzilli (en Náhuatl), Jun (en totonaco),  tzunun (en huasteco) y mainumbi (en guaraní).

Triquelinos, Quindes, chuparrosas, chupamirtos, tucusitos, chupa flores, huichichiquis, zunzuncito, son otros de los nombres como se le conoce al colibrí en diversas regiones.

Si uno vuela cerca de ti, recuerda que el ave vuela libre cumpliendo el encargo de los dioses, llevando de un lado al otro los pensamientos de los hombres. Cuando lo veas piensa en algo positivo para alguien  y deja que el colibrí lleve tu mensaje y esparza tus buenos deseos con su delicado pero incesante aleteo.

Francisco Mundo

Profesional del turismo con más de 20 años de experiencia en hotelería, bodas y servicio al cliente. https://www.cozumeldwm.com

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