Preparación psicológica para un mochilazo

Imaginar el viaje de mochilazo es una cosa, pero vivirlo es otra. Días antes del primer mochilazo el viajero potencial imagina mil aventuras que enriquecerán su vida, pero nadie considera los retos físicos y psicológicos a los que deberá adaptarse, así que antes de salir más vale que consideres las siguientes incidencias.

La incomodidad

Nada es como en casa o como nuestro lugar de procedencia. Andar de trotamundos genera una incomodidad tras otra y deberás estar dispuesto a soportarlo si lo que quieres es conocer otros destinos. Las incomodidades las puedes encontrar en tus tiempos de comida, tu aseo, la relación del clima con tu ropa, el choque con las costumbres locales, los cambios de horario, las búsquedas de refugio, en el refugio mismo, entre otras cosas, por lo tanto, en ese sentido tu preparación psicológica deberá enfocarse en manejar la paciencia porque hay que estar consciente de que no es un viaje de lujo.

El sueño

No todos pueden lidiar con pocas horas de sueño y el mochilazo no tiene palabra de honor, porque así como puedes pasarte todo un día completo durmiendo en la hamaca de un hostal caribeño, también te puede tocar que pases algún día completo sin poder dormir debido a que no encontraste donde pasar la noche y tuviste que desvelarte en un aeropuerto o que tu compañero de hostal ronque como león hambriento, lo que te puede generar estrés, desesperación, histeria y frustración, así que procura dormir lo mejor que puedas y prepararte para lidiar con los días sin sueño.

El frío y el calor

Nuestro cuerpo parece estar perfectamente climatizado a nuestro lugar de procedencia, pero reacciona muy diferente cuando lo sacamos de su zona de confort. La preparación para el frío o calor extremos no solo debe ser física (reforzar el cuerpo con vitamina C), sino también psicológica pues se entiende que el clima no es controlable y si no te adaptas al mismo puedes perderte de disfrutar muchas actividades en ese destino debido a que estarás concentrado en el sufrimiento que te provoca el cambio de temperatura.

La alerta

No importa a qué ciudad, región o país te dirijas, el detalle es que saldrás de tu cotidianidad lo que va a provocar que en todo momento te encuentres alerta de los acontecimientos a tu alrededor. Aquí la idea es encontrar el justo medio que te permita disfrutar de tu viaje sin llegar a la paranoia, pero tampoco confiarte al 100% de tu entorno. Entonces, ¿por qué prepararte psicológicamente? Porque el estrés causado por el exceso de alerta te provocará cansancio y al mismo tiempo te puede alejar de experiencias interesantes.

El cansancio

Este es uno de los temas más comunes en cuanto a la preparación psicológica y no solo del mochilero, sino de cualquier actividad que genere cansancio excesivo, sin embargo, como ya comentamos, cuando la gente planea su primer mochilazo lo visualiza como una aventura agradable donde vivirá grandes experiencias, pero nunca vislumbra las exigencias a las que estará sometido su cuerpo, ni a los límites del cansancio y el fastidio que envolverán el viaje. Deberás caminar mucho en diferentes ambientes y descansarás muy poco, así que si te lanzas a tu primer mochilazo más vale que planees estrategias para lidiar psicológicamente con el cansancio.

El hambre

Y no nos referimos a estar cerca de morir de inanición, sino a estar consciente de que no vas a comer a tus horas, que incluso podrías pasar algún día sin probar alimento no por no tener los recursos, sino por encontrarte en algún lugar lejano de la civilización. O de plano el simple hecho de no tener tus acostumbrados antojos lo que puede trastornar tu mente y tu estómago, así que vete preparando para esas jornadas sin comida y también considera irte adaptando a la falta de golosinas.

Las enfermedades

Nadie sale nunca de viaje (tradicional o mochilero) pensando que se va a enfermar, pero después de haber dado un recorrido por los diferentes retos físicos y psicológicos por los que deberá pasar tu cuerpo es muy probable que durante tu viaje te enfermes, sobre todo si consideras hacer un viaje por más de un mes. Desde una simple gripe, hasta algo más grave, por lo tanto es necesario que tomes previsiones médicas, pero también mentales, pues debes considerar que en algunos casos será inevitable que te pases uno o dos días completos en la cama de un hostal, lo que podría deprimirte y provocar que quieras regresar a tu terruño. Ahora que si de plano eres muy “especial” y no crees poder lidiar con todos los retos mentales que te hemos descrito, pues tal vez el viajar de mochilazo no es lo tuyo, mejor cómprate un VTP o un hotel todo incluido.