Suicidios a bordo de cruceros durante la pandemía

A mediados de marzo del 2020, las navieras Carnival y Royal Caribbean decidieron detener los viajes y comenzaron una odisea diplomática para repatriar a los pasajeros. Sin embargo, los miembros de la tripulación no recibieron el mismo trato… Las tragedias llegarían tarde o temprano.

Del sueño a la pesadilla

El trabajo en cruceros puede ser para algunas personas el empleo soñado; ganar en dólares, viajar sobre el mar, visitar diferentes destinos, conocer gente de todo el mundo, alimentos internacionales, ¿qué más se puede desear?

Para los trabajadores de cruceros, en particular los de posiciones operativas e inferiores (meseros, bartenders, cocineros, camaristas, lavaplatos, ayudantes, aseo, etc) los niveles de estrés y depresión pueden dispararse de forma alarmante. Tienen camarotes compartidos en las zonas más bajas y apartadas del crucero, a través de sus contratos se comprometen a prestar sus servicios por periodos de seis meses o más, con horarios de 8 a 10 horas, 7 días a la semana. En su mayoría provienen de países en vías de desarrollo y sus  salarios rondan entre 650 y dos mil dólares al mes dependiendo de la antigüedad. Y aunque parecen sueldos tentadores, el salario por hora está por debajo de los estándares estadounidenses, pero los trabajadores dicen que es más de lo que podrían ganar en sus países y se sienten agradecidos por recibir esa oportunidad laboral.

Las horas oscuras

A diferencia de otras empresas como las fábricas, los hospitales u otros corporativos, la mayoría de los trabajadores en hoteles, restaurantes y cruceros no tienen una persona que los apoye específicamente en temas psicológicos. Tan sólo en México, por ejemplo 75% de los trabajadores reportaron índices elevados de estrés laboral. El Dr. David Cates de la Universidad de Nebraska reportó a través de un estudio del 2018 que un 4.3% de los trabajadores en Estados Unidos había considerado el suicidio durante los 12 meses previos a la encuesta. Hay que recordar que en el caso de la tripulación de cruceros el estrés y la depresión no se disparan sólo por el trabajo y el encierro, también influye el sentimiento de no pertenecer a ningún lado, la falta de interacción con sus familiares, los problemas con los compañeros de trabajo, la sensación de no tener un lugar para huir y la propia inmensidad del mar…

Aunado a los temas aquí mencionados, en el año 2020 se esparció la pandemia del Covid-19 lo que agravó la situación de los tripulantes.

El infierno a bordo

A mediados de marzo del 2020, las navieras Carnival y Royal Caribbean decidieron detener los viajes y comenzaron una odisea diplomática para repatriar a los pasajeros enviándolos a través de los vuelos disponibles y con permisos especiales por parte de sus países. Sin embargo, los miembros de la tripulación no recibieron el mismo trato. A pesar de los esfuerzos de las navieras hubo algunos cruceros que tuvieron que permanecer en el mar con miles de trabajadores a bordo y todavía algunos pasajeros.

Las condiciones a las que fueron sometidos estos trabajadores son descritas en el artículo de Austin Carr de Bloomberg; Se les permitía salir sólo a la hora de la comida por un par de horas, de las cuales 30 minutos eran de espera para llegar al buffet debido a los espacios por la sana distancia. Se les podía vender vodka en sus horas no laborales por 1.75 dólares. Tenían que responder a un control diario de temperatura. Conforme los pasajeros fueron abandonando las naves debido a los trabajos diplomáticos, las embarcaciones lucían como barcos fantasma donde sólo deambulaban de vez en cuando algunos tripulantes. Los que eran sospechosos de dar positivo fueron puestos en cuarentena dentro de habitaciones en el área económica por tres semanas sin contacto con el exterior del barco. Aunado a eso, la poca información que las compañías le daban a sus empleados los mantenían angustiados, pues no sabían ni cuándo, ni cómo regresarían a casa. Finalmente a algunos les llegó el anuncio de que sus salarios serían cortados, lo que elevó el estrés para aquellos que tenían que enviar dinero casa. El internet era muy lento y había pocas alternativas para entretenerse.

Cada trabajador vivía su propio infierno. Karika Neethling, empleada de una tienda se enteró a bordo que estaba embarazada y requería vitaminas prenatales. El médico a bordo le informó que no tenían ninguna, que debía permanecer calmada en su camarote (afortunadamente su bebé nació en tierra el 17 de diciembre).

Y las tragedias comenzaron…

El Dr. David Cates quien trató personalmente a los primeros pasajeros rescatados de los cruceros en el Centro Nacional de Cuarentena, citó un informe del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades realizado en agosto del 2020 donde se mostró que un 11% de 5,470 adultos había considerado el suicidio en verano, lo cual se pudo disparar en las condiciones a las que fueron sometidas las tripulaciones de los cruceros.

Cada empleado tuvo su propia historia, pero aquí mostramos algunas de las tragedias reportadas:

  • Jozsef Szaller fue encontrado muerto en su camarote con un cinturón alrededor del cuello. Tenía 28 años.
  • El 29 de abril, un ingeniero eléctrico de Polonia en el Jewel of the Seas de Royal Caribbean desapareció mientras el barco estaba anclado en el Golfo Sarónico. Las cámaras de seguridad del barco lo capturaron saltando al agua esa mañana.
  • Evgenia Pankrushyna, una camarista ucraniana, murió después de saltar por la borda desde el Regal Princess de Carnival cerca de Rotterdam.
  • El cocinero filipino, Kennex Bundaon, fue encontrado muerto en su camarote en el AIDAblu de Carnival.
  • Cuatro días después, otro trabajador de Filipinas murió en un aparente suicidio en Scarlet Lady de Virgin Voyages.
  • Mariah Jocson, una camarera de Filipinas varada en Barbados en el Harmony of the Seas de Royal Caribbean fue encontrada colgada sobre la baranda del balcón de su camarote.

Las noticias, de muertes, suicidios e incluso algunas imágenes morbosas de los cuerpos comenzaron compartirse por redes sociales a través de los propios trabajadores de la industria lo que incrementaba el estrés y la depresión a bordo.

Se reportaron alrededor de 100 pasajeros y tripulantes muertos por causas del Covid-19, pero también hubo otras muertes entre la tripulación que fueron presuntos suicidios.

Lecciones, ¿aprendidas?

Finalmente las navieras decidieron llevar a los empleados restantes a los puertos marítimos de su continente de origen, donde sería más fácil llevarlos a casa por tierra o aire. Algunas invirtieron hasta 300 millones de dólares con tal de repatriarlos, otras incluso transfirieron personal en botes salvavidas entre compañías competidoras. Los trabajadores reportaron que las navieras los atendieron bien durante la contingencia sobre todo en el aspecto físico, pero que la salud mental fue una “prioridad tardía”.

El padre de Jozsef Szaller continúa exigiendo una demanda de arbitraje alegando que obligaron a su hijo a permanecer más tiempo del adecuado dentro de un espacio reducido orillándolo al suicidio, pero sabe que las navieras son entidades tan grandes con redes financieras enormes que simplemente lo ignoran. El padre de Mariah Jocson, la camarera descubierta ahorcada afirma que “Solo quiere saber cómo encontraron a su hija”, pide aunque sea una foto de la escena del crimen. “Necesitamos la verdad».

Sindicatos y grupos de defensa de la gente de mar están presionando por mejorar las condiciones en los camarotes y más control sobre las horas de trabajo y la duración de los contratos. La tripulación afirma que también ayudaría tener psicólogos a bordo. A Lena Dyring, del Sindicato de Marinos de Noruega, le preocupa que los trabajadores de los barcos vuelvan a quedar atrapados en el mar si se repiten los brotes de COVID.

El trabajo en el turismo es un trabajo serio… así lo percibimos… así lo vivimos. Si usted es un cliente recuerde la frase: “Cada persona que ves, está luchando una batalla de la que tú no sabes nada; sé amable siempre”.    

Ángel Abraham Chávez

Especialista en turismo, capacitador, docente, travel-coolhunter e investigador turístico. Director de la revista Mochilazo Cultural.

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